En ambos casos los factores desencadenantes pueden ser el frío, los cambios de temperatura y el hecho de estar en lugares cerrados, poco ventilados o secos. El tratamiento de estas enfermedades consiste en paliar los síntomas mientras las defensas del organismo eliminan los virus. En este sentido, es importante saber que los antibióticos no curan ni la gripe ni el resfriado, y que sólo se deben utilizar en caso de complicaciones de acuerdo con un diagnóstico y una prescripción médica.

Hacer reposo (sobre todo del primer al tercer día), beber agua, zumos o caldos, mantener una dieta equilibrada y de fácil digestión y evitar el consumo de tabaco te serán útiles para superar la gripe o el resfriado.